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lunes, 26 de noviembre de 2018

De lo perverso.


Por moises del cid.
La estética en lo disonante. La enajenación de lo establecido la rebeldía contra lo ortodoxo, la blasfemia ante el dogma. La apología de lo corrupto. Desencajar.
La descomposición de la idea sobre el lienzo, en un entramado que soborna al morbo del espectador, la podredumbre que se declara y toca el íntimo existencial humano despertando la angustia y la desolación. El constante temor humano donde la muerte acecha a cada instante. El envilecimiento que danza en lo decrepito conformando un espectaculo del desencanto y perturba la serenidad personal. La perversión como el engendro que cohabita muy dentro de cada uno y se manifiesta en la apreciación del vicio.
La descomposición de la virtud que cae en la putrefacción enajenante del placer de lo pecaminoso. El gozo en la podredumbre personal que ensancha en una peste de depravación que tiñe de negro lo puro y lo sacro. La herejía que fermenta la risa depravada y juega en una prostitución de un todo adulterado en degradación en lo que se percibe. La impureza que tacha lo simbólicamente virtuoso y decanta en un ídolo de la inmundicia. La infección como esencia icónica que va en reversa de lo perfecto. El extravío de la integridad por la contemplación de la necrosis poética.

martes, 25 de julio de 2017

El actor y el personaje.

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moises del cid

Reinventarse así mismo es una metamorfosis muy dura. Cambiar lo establecido, lanzarse a la aventura sin intentar mantenerse en la zona de confort. Despojarse de quien has establecido como tú para encontrar aspectos desconocidos hasta entonces. Artista que deambulas en el escenario de tu creatividad, podando lo innecesario y probando nuevos proyectos que realizar, eres persona que lucha constantemente contra el alter ego que fabricas y que en un descuido se atraganta de tu esencia personal,  ante lo exterior, pasando a ser lo que los demás reconocen en ti.


Debes ser cuidadoso y navegar con ese aliado que, ante  un descuido, puede ser tu peor enemigo. Comes por el pero no vives por él. Al contrario esa silueta vive por tu creatividad.


Ser y personaje, humano y figura, ente real y ente lógico. Danzas entre la realidad y la ficción adornando verdades con sutiles figuras carismáticas. La careta suplanta a la persona y se desata en el escenario en cabriolas estéticas y absurdas para estallar en la máxima expresión y así captar el asombro del espectador. Pero al terminar el show el maquillaje se desprende, el vestuario bizarro se despluma, desnudando al humano, al creativo y al actor.  


Y al día siguiente el actor se lanza a la búsqueda de una nueva faceta creativa. Concibe o aborta nuevas figuras hasta dar con algo sublime que lo motive a desarrollarse y nuevamente se disfraza entre trazos ajenos a sí mismo pero que el público lo toma como tal.

Así es la vida del artista que da de sí para mostrar algo presente pero que pasa imperceptible a los demás, con ayuda del asombro. Para luego sostenerse fuera del acto siendo quien es y no confundirse con lo que los demás creen de sí.


El personaje es como la flor, bello o llamativo, que adorna la función pero que frágilmente muere al término de su función primaveral. Una figura frágil que se desploma cuando el actor se despoja de su personificación.
 

¡Ríe, Payaso,
sobre tu amor despedazado!
¡Ríe del dolor que te envenena el corazón!


Vesti la Giubba.  ópera Pagliacci.

sábado, 15 de abril de 2017

De humanos hermanos.



De humanos hermanos.
Moises del cid.



Mientras se discute lo correcto y lo incorrecto el mundo se está yendo al carajo. Las palabras sobran y faltan acciones. Seguimos siendo rudimentarios debatiendo en cuestiones primigenias. La tecnología nos rebasa pero lo humano se queda estancado. Girando y girando en las mismas especulaciones, sin dar un paso para reconocer los errores y tropiezos que nos detienen en lo mismo.


Pensamos tocar las estrellas mientras aun sangra las heridas del prójimo. Asfixiándonos con nuestro propio veneno. El mundo permanecerá pero de nuestra civilización no quedará piedra sobre piedra.
Engolosinados en consumir y no tener saciedad, agotamos y nos agotamos, con apetito desbordado queriendo llenar el saco roto que es la falta de identidad propia. Nuestra existencia gira en una evasión consumista sin medida, hasta llegar a un punto de quiebre del cual no hay retorno.



Muchos quieren cambiar la humanidad sin tener el aprecio por conocerla, van extirpando ideológicamente lo que les parece políticamente inconveniente. Y al final todo se va al trasto, por el beneficio de unos cuantos se desecha lo esencial en lo humano y se pervierte la finalidad de ser mejor por el objetivo de mantener el poder. Revoluciones vienen revoluciones van y al final solo cambian los factores y el resultado sigue inmutable.



La sociedad se asusta de lo que provoca pero no está consciente de sus actos. Cómodamente nos dejamos llevar por dulces promesas que nos dictan en formas sutiles y nos perdemos en pequeños objetivos para rodear nuestra responsabilidad personal y dejamos de conducirnos  por nuestras propias convicciones y por nuestras propias decisiones. Evitamos remediar nuestros vicios y nuestros errores. Nuestro dedo acusador está presto a señalar el error en lo ajeno sin reparar en las propias fallas.



Deseamos ser lo que no somos. Atacamos nuestra naturaleza en afán perfeccionador sin identidad propia. Quitamos y ponemos en nosotros sin compromiso ni responsabilidad. Somos pequeños imprudentes que jugamos a ser mejores, al menos en apariencia. Todo nos lo dan otros, hasta nuestra propia identidad. Vamos por la existencia como ciegos dando de bastonazos a los demás por encontrarnos a nosotros. Al final nuestros logros tienen buena apariencia pero sin sustento ni esencia.



Conócete a ti mismo reza el proverbio y al final de cuentas es la finalidad de lo que somos,  la respuesta que buscamos develar a cabalidad. Saber ser quien soy. Encontrarnos a nosotros mismos y mejorarnos perfectiblemente. Todo lo que hacemos o dejamos de hacer es por definirnos personal y socialmente. Al final de cuentas la humanidad evolucionará cuando se despeje de los mismos tropiezos y rompa el círculo vicioso que gira en dominar al prójimo y extirpar aquello que es distinto pero es propio de la naturaleza humana.  La fe sin caridad es letra muerta. La arrogancia en la política propia no es democracia. La justicia sin dar a cada cual lo que corresponde no es cabal. La ciencia sin prudencia nos hace esclavos de la misma. El conocimiento sin tenacidad nos vuelve fanáticos. Y nuestra vida sin decisiones nos vuelve estériles


“En cada niño nace la humanidad”

Joseph Conrad.

viernes, 7 de abril de 2017

Heráclito y la religión.



El filosofo Heráclito en su comprensión de la realidad realizo cuestionamientos a la religión griega sobre todo a las festividades y rituales hacia Dionisio y Hades.


Si bien él nos refiere que la autentica naturaleza de las cosas suele estar oculta. Y por tanto a la mayoría de los hombres le pasan desapercibidas las cuestiones de lo divino y de lo heroico. Solo unos cuantos se imbuyen en la comprensión de las verdades divinas.

A la mayoría de los hombres les pasan desapercibidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que se olvidan de lo que hacen cuando duermen.

Heráclito analiza la institución religiosa como un discurso como un sistema orgánico  que intenta remediar los anhelos, contingencias y aflicciones propias de la naturaleza humana.


Los hombres se aferran a la religión como una tabla de salvación y lo hacen de manera acrítica. Se despojan de su investidura racional y critica y se sumergen en la incuestionable fe que los guía a través de rituales. Los hombres con ello eluden la responsabilidad y temen la libertad, y se consuelan en la formalidad y cumplimiento del rito.


Quien cumple minuciosamente los ritos se salva.


El discurso religioso se  estructura con el principio de la oposición de contrarios. Tanto en cuestiones de lo mundano y sobrenatural y sobre lo que es la vida y la muerte, tanto del bien como del mal. Y mediante la exposición de dichos términos intenta esclarecer las cuestiones contrarias que urgen a la naturaleza humana.


El análisis de lo religioso lleva a Heráclito a clasificar  en tres modalidades de desenvolvimiento humano:

Hay tres clases de hombres según la religión: los perfectos videntes, los que han oído al Logos y lo han entendido, los que se inician en el camino de la verdad, pero aun no la comprenden en su plenitud, y los que ni han oído ni comprenden el logos.



Se lanza a criticar severamente contra los que realizan el ejercicio ritual sin convicción ni verdadero compromiso con lo sobrenatural. 

Y por la corrupción con que los hombres intentan celebrar de lo heroico y de lo divino.


Vanamente se purifican los hombres de los delitos de sangre manchándose con sangre, como si el que se ha metido en el barro pretendiera limpiarse con barro,

Dirigen suplicas a las estatuas como si se pudieran conversar con las casas, sin conocer la verdadera naturaleza de los dioses ni de los héroes.

Si la religión  vale, vale porque se ocupa de cuestiones opuestas, la 
vida y la muerte. Porque mortifica al hombre para perfeccionarse y conocerse. Aunque ocurra la fatalidad de nunca elevarse a lo trascendental.


La divinidad no es otra cosa que lo que uno hace de si mismo; es su carácter. No se posee alma creada por la divinidad; no posee una esencia prefijada. El hombre es su existencia, y su esencia  consiste en hacerse a los largo de la vida en conexión con el entorno sociopolítico  de las luchas necesarias.. Y ciertamente existen premios y castigos.

De Heráclito nos llega la idea de que el hombre se hace y se perfecciona así mismo mediante el fuego y la guerra, para remediar y enderezar sus debilidades y vicios. Persiguiendo con ello una vida honrosa que lo eleve a la integración energética mas pura con el universo

Las mejores muertes obtienen mejores asignaciones.

Los que perecen muertes en combate obtienen mayor purificación que los que mueren por enfermedades.


El hombre que alcanza el logos se reintegra con el universo ya que es una parte del mismo.

jueves, 6 de abril de 2017

Cuestiones.

Cuestiones.
Moises del cid

Una vez estuve esculcando largo tiempo en mi mochila. Mi madre se acerco y me pregunto:

¿Encontraste lo que buscabas?

¿Resolviste tus  preguntas?

¿Obtuviste lo que quieres?

¿Te sientes satisfecho?

¿sabes quien eres?

¿Sientes paz?

¿Amas?


Entonces vive.


Ir creciendo con libros.

Ir creciendo con libros.
moises del cid.



En los momentos difíciles de la vida siempre es recomendable la compañía de un buen libro. Sus palabras te dan ese cambio de perspectiva que no habías tomado en cuenta y en su trama encuentras que aquello que te embroma no es más que una experiencia momentánea que pasará a formar parte de tus recuerdos y aprendizaje.


En ocasiones ni la mejor intención de tus amigos pueden contener la claridad y la verdad que la frase impresa, de alguien que escribió acerca de sus experiencias y las sobrellevo, las transmitió literalmente para que una persona extraña aprendiera de su experiencia de vida.


Bañarse de literatura y salir al mundo y contrastarse en su paisaje y en otras personas intercambiando ideas y pensamientos enriquece más que encerrarse en miedos y sufrimientos personales. Los libros nos dan claves para salir al mundo y abordarlo y transportarse junto con otras personas con su ser y con su existencia de la mejor manera. 

Cuando un libro te atrapa ves la vida de acuerdo al autor o a sus personajes, encuentras detalles que habías pasado desapercibido y te enteras de cosas extraordinarias que ocurren en lo ordinario. Con el tiempo llegan nuevos libros, nuevos autores y nuevas ideas.


Nunca salgas sin un libro a mano y ante la situación mas exasperante léase en caso de emergencia o mejor dicho en caso apatía. Porque hay libros que nos levantan el espíritu en momentos difícil y embellecen con su contenido aquello que está dentro de nosotros. Liberas emociones y haces fluir el pensamiento.  


Pero leer requiere un compromiso de comprender lo que se ojea y descubrir la intención del texto. Un libro hay que vivirlo y encarnarlo en nuestra persona no de manera literal sino como un aprendizaje en la experiencia, ya sea del autor o del protagónico del relato. Para saber de lo que se habla, hay que comprender lo que se lee.

Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos.
Francis Bacon.


Los libros son caminos literarios que te conduce a cualquier parte, en eso radica su deleite y el placer de explorarlos en meternos en la intimidad de alguien y ver a través de las letras las pasiones e ideas que lo conmovieron a expresarlas en un pedazo de papel o pantalla electrónica en barro o sobre la misma piedra.


Un libro es el pasaporte a irte a cualquier parte desde lo más recóndito del microcosmos hasta la región más lejana del universo. Incluso realizar un safari en la jungla de tu pensamiento mediante reflexivas introspecciones y en ello lograr ampliar la diminuta perspectiva que se tiene en la propia y subjetiva existencia.


Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.
Proverbio árabe.

  

Mientras lees te cuestionas y cuestionas lo que te rodea, al contrario de un ejercicio evasivo la lectura te devela lo hay mas allá de lo aparente. La sabiduría de alguien que no conoces rompe el tabú, la ignorancia y el hermetismo de aquello que das por sentado y que hasta ese momento era incuestionable. Hay libros que empujan de la zona de confort ya que  inquietan al intelecto. El saber llama y hay frases que encienden al espíritu para aprehender la verdad. Hay libros que son luminarias en los momentos oscuros.


La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta.
Andre maurois.


Cuando un libro conmueve este se arraiga en nuestra vida y se vuelve referente de experiencias trascendentales ya que sus palabras contienen  vigencia provecho y sentido. Y nos sacan del aturdimiento personal en momentos de crisis. Un buen libro es una brújula que te indica hacia donde navegar para no estancarte en tu vida. Te enseña a valorar lo que simplemente no das crédito en tu ignorancia ya sea por falta de experiencia o por falta de interés. Es encumbrarte en sus ideas y divisar que hay más allá de tu mirada y entendimiento.

Los libros sólo tienen valor cuando conducen a la vida y le son útiles.
Herman Hesse.


Un libro es un paciente maestro que te muestra su contenido sin obligarte a que lo aceptes, ni a que lo entiendas. Te da la posibilidad de cerrarlo y olvidarlo en el estante empolvado de tu biblioteca. Hasta que alguien más pueda leerlo y satisfacerse de su  conocimiento y valorarlo como referente personal. Ni el mejor amigo tiene ese grado de franqueza y aceptación. Un libro puede reprenderte prudentemente pero sobre todo te ayuda a pensar y a cuestionarte a ti mismo.

Es cualquier libro discreto (que si cansa, de hablar deja) un amigo que aconseja y que reprende en secreto.
Lope de Vega.


Así como las palabras adquieren valor cuando son veraces. La lectura constante aguza tu intelecto y lo ayuda a tener gradación en aquello que percibe y obtener de ello ideas que lo conduzcan a la obtención o acercamiento a la verdad. La verdad es la finalidad de todo pensamiento. Se requiere leer mucho y de muchos pero lo importante es aprender a leer de lo mejor y de los mejores. La sabiduría se obtiene de lo que es honesto y congruente con lo que se piensa con lo que se vive.

No es preciso tener muchos libros, sino tener los buenos.
Sèneca.



Una persona que lee es un ser viandante. Alguien que se ha lanzado a explorar lo que desconoce en palabras e ideas ajenas para reforzar su propio conocimiento y experiencia. 

Cuando los libros trasminan a la persona le ayudan a crecer, lo guían a cualquier sitio pero al final su convicción se enriquece en la comprensión de lo que expresan los otros de acuerdo con la verdad. Esto es crecer con libros.

Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma.

Ciceròn.

viernes, 27 de enero de 2017

otro ladrillo en la pared. June 30, 2006

En tiempos recientes las instituciones norteamericanas se han dedicado a “resolver “el problema de la migración. Dicho problema tiene su origen en los países subdesarrollados, en los cuales miles de pobladores al no encontrar alguna manera de establecerse y de lograr tener ingresos para sustentarse a sí mismos y a sus familias optan por trasladarse a países desarrollados para efectuar tareas que los ciudadanos primer mundistas no desean efectuar. Y en dichas tareas aquellos emigrantes obtienen ingresos mayormente remunerables que en su propio país.
Ante la creciente afluencia de emigrantes a los estados unidos el presidente George W. Bush ha implementado un plan migratorio que presentó el 7 de enero del 2003 y que entre los diversos vaivenes de la política estadounidense se pretende establecer en corto plazo.
En mencionado plan migratorio propone que sean las instituciones norteamericanas quienes unilateralmente concedan las autorizaciones para cualquier actividad o estancia en su país. Pero de igual manera dicha política se ha cerrado a la comunicación y el acuerdo de países vecinos para poder implementar un adecuado, legal y humanitario proceso de migración.

Por el contrario, la actuación del gobierno americano ha decidido orientarse hacia un enfoque violento y policíaco, argumentado principalmente por la idea de detener el terrorismo en su territorio.
Otro factor importante es que la cantidad de personas que llegan a asentarse en los Estados Unidos está creciendo de gran manera y por lo mismo viene a convertirse en un factor de peso y de influencia en Norteamérica, tanto en procesos políticos como sociales.
También parece increíble que a umbrales del siglo XXl se den casos de abusos hacia quienes se internan en los Estados Unidos, como también es indignante la poca atención que los gobiernos tercermundistas prestan para verdaderamente auxiliar y atender a la población marginada.
Mediante los canales de información estamos observando constantemente abusos y vejaciones por parte de autoridades que pretenden impedir la afluencia de quienes esperan encontrar un futuro mejor, el aclamado ensueño americano.
Además de los abusos de las policías fronterizas, están los ataques por parte de vándalos latinos “maras”, “los polleros”, los cazadores de ilegales y más recientemente la propuesta para la construcción de una muralla fronteriza con la cual se pretende cerrar el paso a todo aquel ilegal que intente cruzar al suelo norteamericano.

El Doctor Manuel Ocampo en su libro “Filosofía de la cultura” afirma que la sociedad debe servir para que el hombre pueda en ella satisfacer sus necesidades tanto corporales como espirituales, es así que la causa final de la sociedad es el bien común, es decir la perfección de todos de cada uno de los individuos.

Por tanto, la finalidad primordial de todas las sociedades debe ser la de la perfección de los individuos en un ámbito social hacia el bien común. Distinguiendo la finalidad y la razón principal del fundamento y sentido de la sociedad humana nos encontramos, que las prácticas tanto de los países desarrollados y de los países subdesarrollados se desvían en asuntos por demás ajenos a lo esencial de sus funciones, y en ese desvarío pretenden resolver las problemáticas sociales de manera inadecuada, logrando el beneficio de unos cuantos en ambos lados de la muralla fronteriza.

En los últimos tiempos el orbe se ha caracterizado por el avance y la sofisticación de los medios de comunicación,  acercando a los habitantes de diversos países y relacionándolos directamente, en una llamada tendencia de globalización. Por tanto es contradictoria la actitud y postura de las instituciones gubernamentales del autonombrado “país de la libertades” al no conceder espacios, diálogos y oportunidades para lograr una verdadera solución al problema migratorio.

La armonía mundial no se logrará con muros sino con comunicación, el respeto de la dignidad humana y el apego a la verdadera finalidad de las sociedades que es el perfeccionamiento de sus habitantes y el bienestar común, mediante la instrucción de una cultura apegada a la virtudes humanas que eleven la dignidad del hombre.
Jesús Moisés del Cid Robles
Alumno de la Escuela Superior de Filosofía